UN
DESAYUNO IMPROVISADO
Con los ojos aún cerrados pensó:
¡¡Que hambre!!!- y de pronto se da cuenta de que es domingo, puede desayunar con
tranquilidad. Vagamente recuerda que la noche anterior se pasó de baile, de
bebidas y de fumar algunas yerbas “medicinales”, esas que te producen un apetito devorador y
eres capaz de comerte un bocadillo de chorizo con chocolate.
En la oscuridad y el silencio del
dormitorio le sorprende un rugido estremecedor similar al de un depredador a
punto de saltar sobre su presa. ¡¡Es mi estómago vacío, qué horror!!
Se levanta de la cama como puede,
pues se encuentra agotado y le cuesta ponerse en pié. Pone frente así un dedo
índice que señala “dirección cocina” dejando tras de él un fuerte olor a tabaco
y discoteca
Parado en el dintel de la puerta,
como si no se atreviera a entrar, medita un momento frotándose los ojos tan
fuerte que casi se salta el izquierdo
“¡¡hace falta ser bruto!!” se recrimina a si mismo pues se ha provocado
un pequeño dolor incómodo que poco a poco va desapareciendo sin apenas darse cuenta.
“¿Y ahora que desayuno? - se pregunta delante de la puerta del
frigorífico que de tanto estar abierta comienza a pitar. “No tengo galletas, ni
bollos, ni cecéales… solo tengo huevos y….pan, también hay mantequilla y
mermelada….” Sigue pensando y el frigo sigue pitando insistentemente avisando
de que si no se cierra pronto se romperá la cadena del frío. Pero nuestro
personaje continúa indeciso. Pan con mantequilla y mermelada desayuna todos los
días, podrían ser churros pero…..no, lo deshecha rápidamente porque no puede
esperar a vestirse y bajar, necesita comer algo enseguida.
De pronto se queda como
escuchando una voz telepática que le dice: “Huevos fritos” Mira a su derecha y
ahí están, en la puerta de la nevera, colocados en dos filas, blancos, ovalados, sencillos … ¡¡¡los huevos!!!!!
“¿Eso es, como no se me habrá
ocurrido antes? ¿A quién no le gusta un desayuno así? “
Comienza a tostar el pan mientras
se va haciendo el café y tras colgarse un delantal de Pepa Pig que le regaló su
sobrina, comienza la operación desayuno “rico, rico” Conecta la vitro y pone
sobre ella la sartén con bastante aceite ¡¡De oliva virgen extra! Eso dice
Arguiñano a quien sigue con frecuencia en la tele.
Cuando el aceite está bien
caliente para que quede con puntilla –como dice la abuela (que tontería, que
tendrán que ver las puntillas con los huevos- Casca un par, los pone en un vaso y una vez comprobado que son frescos y con buen color los va
echando poco a poco en la sartén y aquello empieza a chisporrotear. La clara se
infla y salta y...ufff, hay que retirarse . Unas gotas de aceite han ido a parar a la
nariz de la pobre Pepa dejándole un aspecto aún más cómico, como si tuviera una verruga en la nari.
Con al espumadera va cubriendo con
lentitud los huevos para que se vayan
haciendo por todas partes. Les pone por encima un espolvoreado de pimentón “auténtico
de La Vera” que le han traído unos amigos. Ve que se
va tostando la clara alrededor y…¡¡¡Anda, la puntilla!! mira por donde lo acabo
de descubrir”
Una vez terminado el frito lo recoge
con la espumadera dejando escurrir el aceite y los coloca cuidadosamente sobre
una estupenda tostada de pan, se sirve el café recién hecho en una taza y con todo este humeante manjar colocado en una bandeja camina hacia el
comedor, ahora ya no tan lentamente como cuando se levantó de la cama, deseando
sentarse a la mesa del comedor e hincarle el diente
La calle está silenciosa, no hay
ningún ruido. Ni coche en doble fila, ni los cierres de los comercios, ni gente
hablando. Solo en algún momento unas voces lejanas acompañadas de risas
estruendosas de algunos trasnochadores que aún no se han acostado.
Son las 7,30 de la mañana y tiene
delante una apetitosa primera comida del día para disfrutar y comenzar el
domingo con energía
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