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miércoles, 27 de enero de 2010








Anoche soñé ¡como no! Con motos. Cuando se va acercando la temporada del Mundial de Motociclismo me entra el gusanillo y siempre me pasa. Unas veces es con un circuito o con algo que ocurre en el. Otras con alguno de los pilotos a los que coloco en situaciones curiosas y divertidas. Luego, cuando me despierto, me río de mi misma y me pregunto que habrá en mi subconsciente para soñar semejantes disparates.
Pues esta noche no había ningún circuito especial ni conocido, ningún piloto famoso. Esta noche ERA YO la que estaba a punto de marcarme unas cuantas vueltas en un Gran Premio (no me preguntéis cual), junto con otra chica (tampoco se quien era), pues nos había invitado a ello, imagino que Dorna, la empresa que gestiona el Mundial.
¿Habrase visto semejante atrevimiento? ¡Pero si ni siquiera se conducir una moto!!!!! Si me muero de miedo si me subo en una que no sea choper. Pero aún así estaba excitadísima con la idea de pilotar una GP, es decir, una moto de más de 800 cc y más de 200kg de peso.
Yo no se si me estoy creyendo que el gimnasio me va a volver una forzuda, o como diría un antiguo amigo “la mujer camión” y me veo capaz de tan enorme proeza, o son las ganas que tengo de que vuelva el campeonato. Además este año, por fin, lo podremos ver sin cortes publicitarios, que ya era hora de que nos consideren un poco a los aficionados y no nos quiten la emoción de la carrera.
De cualquier manera ¡Que emoción! Iba a correr con los grandes, a mezclarme entre ellos. ¿Tenía una cámara para hacerme fotos con Valentino? ¡Mira que si ahora se me ha olvidado! Bueno, seguro que hay alguien que me la hace con un teléfono y me la manda. ¿Por donde se entra al padock para ver la 125 con el resto de pilotos? ¡Ay, ay, que no llego!
La cuestión es que después de una horrible pesadilla por la cual hube de levantarme un rato y encender las luces de casa para despejar mi mente, la casualidad o quizás alguien que cuida de mí, me envió este simpático sueño para hacer que hoy pudiera sonreír y contarlo en este blog que tengo tan abandonado últimamente.
¡Cosas de la vida!

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